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El desarrollo de las clases de psicología ha sido muy llevadero respecto al contenido de la asignatura. A pesar de la dificultad de ciertos temas, como la reciente teoría del psicoanálisis de Freud, las explicaciones del profesor han sido claras y siempre sustentadas con ejemplos cotidianos comprensibles. Además, en caso de dudas, como es habitual, detiene el desarrollo de la clase puntualmente para comprobar que todos estamos siguiendo las explicaciones a pesar de que no haya manos levantas, e incluso cuando simplemente ve algún signo de incomprensión en el alumno, pues en algunas ocasiones te anima a preguntar esa duda que parecía absurda y que en un principio no ibas preguntar. Otra medida que ayuda a asentar correctamente los conocimientos de la asignatura relacionando lo antiguo con lo nuevo es el habitual repaso en todas las clases de lo previamente explicado el día anterior, pues es una manera de asegurar que nosotros, los alumnos, podemos seguir aprendiendo sobre psicología sintiéndonos cómodos con la asignatura en lugar de frustrados como ocurre con algunas otras materias.

Siguiendo con el desarrollo de las sesiones, me parece muy amena la forma de explicar del profesor, bastante cercana, con un lenguaje asequible y un tono sarcástico que mejoran la comunicación y relación profesor-alumno, aunque siempre marcando unas pautas de comportamiento que manifiestan su autoridad frente al alumno, como el cuadrado de la muerte en la pizarra al principio de las clases o la conclusión de estas cuando el profesor lo determina y te impide recoger el material sobre la mesa antes. Definitivamente, el trascurso de las sesiones de psicología a lo largo del año ha sido muy entretenido y agradable desde mi perspectiva como alumna.

"El psicoanálisis es un instrumento que ha de facilitar al yo la progresiva conquista del Ello."

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